sábado, 2 de noviembre de 2019

Publicaciones que asustan: LIBROS & COMICS

Esta revista de información, extraña y de escasa utilidad, fue triturada por el tiempo y muy pronto olvidada de los aficionados. Y no de modo insólito. Hoy únicamente reclamaría cierta atención por su título, en realidad, poco más que una treta con que disimular la desorientación y falta de desarrollo de las premisas que pudieron llevar a sus promotores a realizar una publicación de este tipo. Desde la que se perseguía cubrir por igual la actualidad literaria y las últimas novedades en torno al mundo de la historieta. Justo cuando todo parecía ir cuesta abajo y las plumas que pugnaron por afirmar la existencia de un cOmic adulto por medio de campañas de abuso contra aficionados y autores bautizadas como asesorías culturales ya habían desfallecido o desertado hacia otros medios. Pero ni siquiera se trataba de eso, lanzar una nueva legitimización de la historieta a través de su asimilación al cine, los valores literarios o la reunión de los auténticos y verdaderos autores y personajes clásicos, sino de un simple gancho. Ningún complot de arribistas ni de embobados autores queriendo hacer pasar sus escasos intereses y conocimientos por un análisis serio y concienzudo sobre los derroteros del medio. Solo una efímera publicación dedicada a la historieta que encontró menos repercusión que muchísimos fanzines y revistas autogestionadas publicados por aquella misma época. 



Acaso la historieta forjó una inquietante amistad a comienzos de los noventa en España con ciertas personalidades (hoy ocultas) que tuvieron la oportunidad de remolcarla hacia puertos más allá del tiempo junto a contundentes mensajes:

"Los libros y los cómics tienen muchísimo en común.
Para demostrarlo, número tras número, entrevistaremos a los autores más destacados; descubriremos su personalidad, la verdadera incógnita que ocultan sus obras. Informaremos sobre las últimas novedades editoriales. Incluiremos una selectiva guía del comprador, y una novela por entregas, y muchas cosas más.
Libros y cómics, juntos y revueltos.
Sin estúpidos prejuicios."

Bueno, finalmente la historieta ni llegó al mar. La revista debió constituir algún tipo de fracaso pese a la importante publicidad de que dispuso (allí se anunciaron, de noviembre de 1991 a enero de 1992: Norma editorial, colecciones de ciencia ficción y aventuras de Editorial Molino, una revista deportiva, y hasta el Diccionario de los cOmics de Javier Coma). En mi casa todavía están los tres números que alcancé a ver en los quioscos entre publicaciones dedicadas al porno o a los videojuegos. La existencia de entregas posteriores a estas es más bien dudosa. Y en cuanto al título...  por lo que expresaban en esa presentación, y aunque al diseñador acabara por darle un infarto al tener que centrar tanta letra, otro título mucho más ajustado que LIBROS & COMICS podría haber sido Literatura e historieta; Novelas, poemarios y tebeos, uno todavía más cachondo e imposible. Aunque todos habrían sido igual de inolvidables.
En el orden cultural en que ha acabado cayendo este desastre, otrora reconocido como un medio de comunicación, modas y cosas siguen leyes diversas, pero hoy ni nos entrarían calambres si Comicmanía de repente pasase a llamarse Novelas gráficas y Tebeos. El trompazo coronario nos sorprendería al encontrar una foto de Andrés Trapiello como portada de la revista teórica Dolmen junto a la correspondiente entrevista al escritor. Tal vez seguida por un relato serializado obra de Julián Clemente haciéndonos la pascua entre medias de los artículos dedicados a la actualidad superheroica y el dossier sobre el dibujante o serie del mes. Con fecha de noviembre de 1991 un chico que no coleccionaba cromos se compró una revista (375 pesetas) para enterarse de que Tlerenci Moix odiaba a las Tortugas ninja. "¡Pues vaya!" Y con esta revelación se consumaría  todo posible vínculo entre la literatura y la historieta  dentro de LIBROS & COMICS. Artículos como los dedicados a Agatha Christie, Julio Verne, Stephen King, o Arthur Conan Doyle, además de situarse entre los más anodinos de la revista, no se dedicaron precisamente a unir ambos medios. Ocupó más espacio el mundo del cine, lo que ni en aquel tiempo podría calificarse como una sorpresa, con una aproximación a la teleserie Flash y a la por entonces moderna película del Capitán América. Junto a otros largometrajes completamente ajenos a la historieta como la segunda película de La historia interminable y Hamlet de Zeffirelli. Cualquiera podría haberse planteado acompañar esos artículos con otros de menor o mayor extensión dedicados a glosar el origen del Capitán América y Flash. O, aunque resultara bastante más arduo, tratar de llevar a cabo algo parecido con Shakespeare y sus adaptaciones a la historieta. Pero tampoco los artículos sobre personajes u obras historietísticas concretas gozaron de un acompañamiento especial que redundara en una aproximación mayor hacia esos autores u obras con que incrementar el interés del posible lector. Apartados tan específicos como las reseñas dedicadas a Daredevil: Born again y Camelot 3000 no pasan de ser tan genéricos como los artículos que repasan las trayectorias de Tintín y Astérix. Que en nada se diferencían de los que siempre han podido encontrarse en los suplementos dominicales de cualquier periódico español. Este conjunto tan poco atractivo se completa con una sección de recensiones formada por pequeños textos con los que se pretendía glosar lanzamientos de todo tipo de libros más algún tebeo. Aunque casi ni llegan a diez recensiones por entrega, y escasamente dos de ellas dedicadas a alguna novedad del mercado historietístico, lo que da idea de la frivolidad con la que pudo plantearse la creación de una publicación de periodicidad y carácter mensual mediante la que resultaba del todo imposible seguir la actualidad del mercado.



















Las grandes dimensiones de esta revista (31 x 23) y su cuidada presentación, con ilustraciones y fotografías impresas en color y una diagramación sumamente diáfana que resultaba en una rápida y fácil lectura de cualquiera de sus secciones y artículos, como ninguna otra revista de información sobre el medio podría soñar con igualar en aquellos años, apenas alcanzaban a empolvar unos artículos insustanciales. La nula o escasa relación entre los apartados dedicados a la literatura y las secciones que trataban sobre historieta acabarían por revelar que el verdadero interés de los promotores de LIBROS & COMICS no era otro que ellos mismos y sus sopas de mazmorra. Solo así se entiende que serializaran un relato escrito por uno de los artífices de la revista. Y algo mucho más infame y aterrador, que dudo si será del todo juicioso recordar justo ahora cuando el amor a la historieta pareciera declinar incluso entre los aficionados más acérrimos, pues el archivillano Raimon Fonseca jugó un papel nada circunstancial en la trama que llevaría a perpetrar una suerte de continuación de la creación realizada por Antonio Moreno y Carlos Pacheco para Comics Forum. Aquella corta historieta ya legendaria titulada American soldier. Poco puedo añadir sobre el estremecimiento que produce contemplar estas otras páginas, derivación apócrifa de American soldier, a las que Raimon Fonseca ayudó a dar nombre: Doctor Drim. Una leyenda del futuro. Ofertada además falsamente por su ejecutor como la primera historieta que se realizaba por medios informáticos en nuestro país.

"Doctor Drim: Una leyenda del futuro" (casi una historieta).

Una pequeña muestra bastará para asegurar el olvido tanto de esta obra como de la cabecera que le dio cobijo. Nos afirma, además, como pueblo comiquero, en el convencimiento de lo innecesario de sacar a la luz el nombre de los coordinadores y colaboradores de una revista de esta índole, más cercana a satisfacer los intereses de sus creadores que a despertar o ampliar el gusto y la fascinación sobre el medio entre un público u otro, y debería servir de advertencia para que nadie desperdicie energía escaneando páginas que no merezcan el esfuerzo.

¡Ocultadla a vuestros hijos y amigos! 
 (Con su encuadernación grapada, y sus algo más de sesenta páginas, no vale ni para enrrollarla y sacar un chichón en ninguna huesuda cabeza.)